domingo, 14 de diciembre de 2014

"Los cuatro amores"

   Este artículo se publicó recientemente en aleteia. Y en esta prestigiosa web dio sus primeros pasos. Ahora es un honor presentarles en este blog:

   “Los cuatro amores” de C. S. Lewis
   Los tipos de amores, del más bajo al más alto, explicados por un escritor converso
   Los amores tienen cada uno una forma. Se levanta cada uno sobre la base de un amor más básico. La forma de uno será sillar del siguiente. Y así sucesivamente. El amor en su forma es análogo al modo con que las palabras se hilvanan unas con otras hasta formar las frases de un libro.
   Y cuando se trata de uno de C. S. Lewis, sabemos de antemano que versará sobre lo que anuncia. No tiene trampa, ni cartón: Todo está a la vista. En Los cuatro amores, la palabra amor, por ejemplo, aparece nada menos que  1.001 veces. El vocablo afecto lo hace en 242 ocasiones. Y amistad o amigo, en 466. Este ensayo, por tanto, hace honor a la honestidad de su autor.
    La virtud irlandesa de Lewis
    Junto con las Confesiones de San Agustín, Los cuatro amores es la obra más incisiva que haya escrito un converso. Aunque se bautizara en la Iglesia de Inglaterra, C. S. Lewis tiene la hospitalidad característica de su tierra. Por esto en sus páginas se sienten como en casa los cristianos de todas las confesiones.
     Del defensor de la Fe …
    La gran aportación de Los cuatro amores, la podemos hallar en la evolución de Lewis como escritor. Al hacerse cristiano, inicialmente escribió como apologista: buscó la demostración de las verdades divinas desde sus primeros principios.
    Si su vida fuera un banquete, después le llegaron los platos fuertes. Así, las amistades, que en su caso siempre fueron hombres, porque no creía en la amistad entre hombre y mujer.
   Aunque sí en el amor matrimonial. De hecho el fallecimiento de su mujer, tras una larga enfermedad, le provocó un inusualmente largo proceso de duelo. Pero este duelo, aunque ya se hallaba próximo al atardecer, no consiguió estancar su vida.              
    … al escritor del Amor
    Conforme evolucionaba la vida de Lewis, también experimentaba un cambio en los motivos literarios: De aquella primigenia demostración de las verdades de la Fe se desplazó a la exposición del Amor.
    El mérito de Los cuatro amores, más allá de su literalidad y peculiaridades, es precisamente situarnos en la centralidad del Amor en el mensaje cristiano.
   Carta de amores
   Esta centralidad hace que los amores vayan en ascenso, en un sentido de la criatura al Creador.
   También en este artículo lo abordaremos en el mismo orden que lo hace el autor y, de esta forma, llegaremos al final hasta al Amor de Dios. Pero en el festín de la vida comenzaremos por el primer plato.
                                                                          Afecto
El amor de las madres necesita dar y ser necesitado.
   Es principalmente el amor de los padres por su prole. Lo tenemos en común con los animales, lo cual por sí mismo no implica nada bueno ni malo, tomando en cuenta la distancia, claro. Está allí donde hay calor, lametones y olor a vida nueva. Así la madre que cuida al bebé. También la perra o la gata, a sus cachorros.
   Lewis se detiene en el amor de las madres. Este sigue un determinado principio. Es un amor que da, que necesita dar. No se agota sin embargo en ese dar, sino que precisa ser necesitado. Y cuando deja de ser necesitado, el planeta está lleno de madres que dicen que sus hijos no van a verlas o que no las llaman… Y esto porque es el más expansivo de los amores.
   Y es el más expansivo, porque es el más común de ellos. Por esto se extiende más allá de las relaciones maternofiliales. Y nos acerca a multitud de personas. Es el paradigma de amor que hace compañeros.                              
    En contraste, los otros amores son más selectivos.
                                         
                                             Amistad
La amistad, un plato fuerte en el
banquete de la vida

   Es el que surge entre los compañeros. Nace entre personas que realizan la misma actividad. Así entre los que desempeñan la misma profesión o entre los que tienen un pasatiempo en común. Pero no todos serán amigos, ¡gracias a Dios! Sólo lo serán, de entre los compañeros, quienes compartan una visión común o cuando en aquel grupo, se descubra una persona a la otra.
   Aunque es un amor selectivo, no somos nosotros los que elegimos a nuestros amigos. Es la Providencia la que lo ha hecho desde el amanecer de los tiempos. Por esto la amistad es un instrumento mediante el cual Dios revela a cada uno, como en un festín, las bellezas de todos los demás. En el festín es Él quien ha preparado la mesa. Luego ha elegido los invitados. Y es Él, en fin, a quien deberíamos permitir siempre que lo presidiera.
   De este festín tan espiritual y desinteresado, del que los griegos llegaron a entender que era el más parecido al divino, pasaremos a otro más corpóreo y sexualmente definido.
                                                      Eros
Eros, el amor de los que
están enamorados
   Es el amor entre el hombre y la mujer, concretamente la clase en que se encuentran los que se dice comúnmente que están enamorados.
   En este amor particular nos encontramos con los pasajes más opacos de Lewis. Hemos visto que cuando murió su mujer, experimentó un largo proceso de pérdida. Esto se debe a que pensaba que no la volvería a ver más.
   Y no la iba a ver de nuevo por el propio convencimiento de Lewis en el sistema propuesto en Los cuatro amores. En esta escala, el amor Caridad provoca, al asumirlos, que se extingan todos los amores inferiores. Esto incluye el amor matrimonial o eros.
   Por esto cualquier despedida es definitiva siempre. De ahí lo oneroso del duelo de su mujer. Y este es el motivo también por el que ve un cierto elemento trágico, de destino, en el desarrollo de los amores inferiores.
   Por tanto para Lewis, eros es una tragedia. Y lo es en el sentido de que se dirige a un destino inevitable: O bien se convierte en demonio, en cuyo caso los enamorados se van agrediendo hasta destruirse; o bien lo dirigimos a Dios y, entonces, eros es absorbido por un Amor superior.

 Caridad

    Es la misma sustancia de Dios, de la que la Escritura dice: Dios es Amor. Es el único que podemos decir, al menos sin perder la decencia, que con este Amor basta.
   En este sentido, San Agustín escribió: Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti. Por esto entre todos ellos, este es el Amor suficiente.
   Y al ser suficiente sale al rescate de los otros amores cuando fallan, especialmente en el caso de eros, y los absorbe y ordena, haciéndolos perdurar.
La Caridad es escasa en este mundo
   Debemos precisar aquí qué entiende Lewis por Caridad. Para él se trata de un concepto muy sustancial. Sus primicias no son lo que entendemos por rezar, estar en su presencia o quererle. Para Lewis la Caridad es estar en la plenitud de comunión con la sustancia divina. Es estar en el Cielo. Sus anticipos son algunos trances místicos. Por esto se trata de un amor muy escaso.
   Es tan escaso que desconocemos si lo hemos degustado en nuestra vida. Por tanto mientras haya tiempo, nuestra tarea será hacernos conscientes de su ausencia. Con lo cual tenemos un defecto y una ventaja: Al hacernos conscientes de algo, por ejemplo cuando recordamos un sueño, nos damos cuenta de que estábamos un poco despiertos.
   Pero si tuvieran interés en ser más informados de este Festín, deberán Vds. dirigirse a C. S. Lewis y los invitados que están en vela.
Publicado en aleteia el 10-12-2014

viernes, 5 de diciembre de 2014

Las diez mejores películas según The Hollywood Reporter

El padrino
   La revista especializada The Hollywood Reporter ha elegido su lista de las cien mejores películas de la historia del cine. Entre los votantes se encuentran directivos de los principales estudios y los ganadores de los premios de la Academia. A continuación relacionamos las diez primeras de la lista:
El mago de Oz
   1. El padrino (1972).
   2. El mago de Oz (1939).
   3. Ciudadano Kane (1941).
   4. Cadena Perpetua (1994).
   5. Pulp Fiction (1994).
   6. Casablanca (1942).
   7. El padrino 2 (1974).
   8. E.T. (1982).
   9. 2001: Una odisea del espacio (1968).
   10. La lista de Schindler (1993).
Ciudadano Kane
   La práctica totalidad de las cintas son producciones americanas. No aparece una extranjera hasta el número 60 con la francesa Amelie (2001). En el número 88 se encuentra la producción inglesa Slumdog Millonaire (2008). Y en el 100, la última, la nipona El séptimo samurai (1954). Además, es obviada completamente, una habitual en otras listas similares: El Acorazado Potemkin (1925). 

   Dicen que el tiempo es el mejor crítico. Y el mejor es aquel que acaba colocando las obras en el lugar que le corresponden. Además la publicación es de prestigio. Pero como en toda lista, habrá que dejar las conclusiones en reserva. 
     

viernes, 14 de noviembre de 2014

La tía Tula

Aurora Bautista en un fotograma del film
   Basada en la novela homónima de Miguel de Unamuno, la adaptación fue dirigida por Miguel Picazo en el año 1964. La película cuenta con las interpretaciones de Carlos Estrada y de Aurora Bautista, quienes todavía hoy identifican con sus rasgos, los personajes que encarnaron.

  Comenzamos el visionado sabiendo que Tula no se quiere casar. De hecho, rechazó la propuesta de matrimonio de un antiguo novio. Y ello porque prometió en vida a su tío que se haría responsable de su hermana Rosa. Después de la boda de su hermana, esta tiene dos hijos. Pero cae enferma y para atenderla, Tula, se instala en la casa. Rosa muere y entonces Tula extiende su dedicación a todo el hogar fraterno: al marido, los trabajos de la casa y la crianza de los sobrinos. Recibirá entonces una nueva propuesta de matrimonio de Ramiro, quien ve normal el matrimonio: "Es lógico, vivimos juntos". Esta proposición también es rechaza por Tula. Para airearse, la familia realiza un viaje al campo. Allí aparecerá una joven, de aspecto desaliñado y asilvestrado. De esta criatura Ramiro se encaprichará, produciéndose un desenlace que precipitará la separación de Tula de sus sobrinos. 

    Esta dolorosa separación de los niños, pone de manifiesto el contraste entre su vocación de cuidar ellos y su decisión de no casarse. Y esta paradoja es la cuestión central del personaje de Tula: ¿Qué mueve internamente a la  tía?, ¿qué trata de denunciar la historia? Las respuestas no resultan unívocas.

  La historia de la tía Tula sigue estando vigente casi un siglo después de ser escrita en el libro. Su planteamiento de la trama, desnuda de circunstancias, que podría desarrollarse en cualquier ciudad o en otros tiempos, hace de Tula, un arquetipo.
    Esta abertura hace necesarias opiniones de mujer que complementen las del escritor, quien la escribió con ojos de hombre, según aparece la protagonista ya en su primera descripción:
   "Y bien miradas y de cerca aún despertaba más Gertrudis el ansia de goce. Mientras su hermana Rosa abría espléndidamente a todo viento y toda luz la flor de su encarnadura, ella era como un cofre cerrado y sellado en que se adivina un tesoro de ternuras y delicias secretas".
Miguel Picazo, izda., con el premio San
Sebastián 1964 a la mejor dirección  

   La sobriedad y sencillez de la propuesta cinematográfica prolongaban la línea narrativa de Unamuno. De ahí que su realizador, Picazo, explique que la cuestión central de la cinta son los valores domésticos que también existían en 1920 cuando se publicó la novela:
   "Conecté con la idea de Unamuno a la hora de escribir la obra, él decía que aparte de la fraternidad como valor existía la sonoridad que era la dedicación de la mujer a la familia. Esos valores de Unamuno seguían de actualidad en los años sesenta y los trasladé".
    Pero el realismo social del arte de los 60 fue decayendo. Y encontramos la siguiente opinión que procede de la Filosofía. Julián Marías pone el énfasis la adscripción de Unamuno al racionalismo. Por esto ve en La tía Tula básicamente sobre la cuestión racionalista de si nosotros mismos mismos somos reales, tal como iniciaba Descartes, otro racionalista, su discurso: "Pienso, luego existo". Así mientras vemos la película, dice el filósofo, los personajes de Rosa, Tula y Ramiro forman parte de nuestra vida pues vivimos al mismo tiempo que ellos. Pero al terminar, estas relaciones que hemos entablado se nos descubren falsas:
     "Por eso tiene tan hondo sentido la oración litúrgica Líbranos Señor de todos los males, pasados, presentes y futuros. Líbranos, habría que decir, de que el pasado se nos falsifique, de que la vida ya vivida se nos vuelva inauténtica". 
   La ya familiar Tula del cine queda indefinida en el tiempo y en el espacio. No es una película eterna. Es una, a destiempo. Por esto las sucesivas épocas encuentran en ella, como en un reflejo, las opiniones previas que tienen de sí mismas. En otras palabras, Tula entró en nuestra tradición cultural, como un visitante en la galería de los espejos. ¡Pero qué necesarios se nos descubren los espejos!

martes, 11 de noviembre de 2014

Unamuno apasionado

   Este documental muestra la figura de Unamuno desde un enfoque social y político. Cuenta con colaboraciones de especialistas como el antropólogo José Antonio Ereño o el hispanista  Robert Lemm y la Directora del Museo Unamuno de Salamanca, Ana Chaguaceda. Destaca el incidente en que el rector de Salamanca, estando con los militares en un acto académico, improvisó un discurso contra el régimen: "Vencer no es convencer". Un diálogo entre la narradora y una voz en off que representa Unamuno va recorriendo momentos clave de su vida en un contexto político.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Unamuno, el hombre roto al que la oración condujo al amor

   Es coetáneo de la Generación del 98, aunque se individualizó pronto en este grupo literario. Entre los escritores de esta generación, fue el mayor receptor de influencias extranjeras. Así recibió la secularización del racionalismo europeo, siendo importante para él la influencia de Hegel. También muestra su personalidad en los temas. Para sus coetáneos, tras la pérdida de las últimas colonias de la nación, la cuestión de referencia era la de España. Pero en Unamuno no se daba este interrogante porque tenía muy claro que España es su religión … hasta mi Cielo es español. En este artículo veremos cuál era la percepción que tenía Unamuno de las cosas desde su sentido religioso.

   Literariamente se encontraba más cerca de Calderón, que de sus congéneres. Con el poeta compartía la idea de que la vida es un sueño. En Niebla (1914), el protagonista Augusto Pérez va a visitarle porque es su creador y le dice que, al igual que el personaje es un ser soñado, también el escritor existe porque es un sueño de otro. Por esto morirá en cuanto Dios despierte. De igual manera dice Augusto que nosotros, los lectores, existimos porque alguien nos está soñando.
   Ciertamente tenía peculiaridades, las cuales han dado lugar a un adjetivo que incluso está incorporado al Diccionario: unamuniano. Sin embargo en su juventud tenía los mismos sueños y anhelos que cualquier otro ser humano.
   Al principio, cuando era feliz
   Amarlo todo, comprenderlo todo. Este es el lema de su juventud, que refleja un sentimiento típico de Castilla. Esta visión práctica le llevaba por ejemplo a opositar cuando tenía necesidad de aposentarse socialmente. Así lo relata un amigo de la infancia: Al comparecer ante el tribunal respetable, sacaba sin turbarse la papeleta de la suerte. Y rompía a hablar: “Sobre esto, fulano dice … y mengano añade”… Cuando el éxito era indudable, cuando le bastaba callar para haber vencido,… añadía imperturbable: “Y yo digo…”. ¡Lo que decía él!... Los sabios profesores se decían confidencialmente: “¡Sabe más que nosotros!”. El resultado … era siempre el mismo: una calificación que proclamaba su sabiduría pero lo excluía de la cátedra. Ganó la cátedra de griego en la Universidad de Salamanca, diciendo la resolución: Ninguno de los candidatos sabe realmente griego, pero sólo uno, Unamuno, tiene capacidad para aprenderlo. Con esta cátedra pudo casarse y establecer su hogar en la ciudad helmántica. Fueron tiempos de gran felicidad: En los ojos de mis hijos hay esplendor de alegría y de vida.
Comenzó a opositar para
para fundar una familia
   Unamuno tenía grandes cualidades humanas, empezando por la inteligencia, el pensamiento práctico, valorar la familia. Las virtudes sobrenaturales, como la fe, son una añadidura, por lo que para sostenerse, precisan de aquellas. Pero esta humanidad puede fallar, romperse. Para Unamuno eran momentos de gran felicidad familiar. Sin mencionarlos sería imposible comprender el alcance de la crisis que se avecinaba.
   Un familiar recuerda que cuando estaba dando clases, si un alumno se encontraba distraído, en el momento que menos se lo esperaba le hacía la pregunta:
   -¿Está Vd. preparado para la muerte?
   El descenso empezó con el pensamiento de la muerte. De ahí pasó, a girar todo en torno a esa idea. Finalmente, la fe no se sostuvo en un temperamento tan escrupuloso.
   Los períodos intermitentes de fe
   El especialista Charles Moeller, atribuye estas crisis al efecto nocivo de las abundantes lecturas escogidas arbitrariamente y lo ilustra con un dato: tras su muerte, se contaron en su biblioteca hasta ocho mil volúmenes, además de ellos casi todos estaban anotados. Él mismo reconoció “la cantidad ingente de filosofía que me engullí”, que le provocó un desorden, no sólo en la fe, sino en las tendencias psicológicas profundas. De ahí que se alternaran en Unamuno períodos de creencia, con otros de incredulidad.               
   En España, había alguna de las orientaciones de la catequesis escolar en que se primaba la moral respecto a otros aspectos de la religión, lo cual impedía a los muchachos aceptarse como imperfectos, perdonarse sus limitaciones. De esta forma, las ideas de condenación se convirtieron también en obsesión temprana. Este tipo de enseñanza de la religión, unida a la predisposición de su psicología escrupulosa, hicieron que Unamuno viera otro don volatilizarse.
   Una esperanza desesperanzada
   La esperanza cristiana se ha ilustrado como un puente que se apoya sobre dos pilares: uno es la llamada de Dios al ser humano y el otro, la promesa de salvarlo. Pero la de Unamuno es un puente tendido en el vacío, se apoya únicamente en saber que va a morir.
La obra se publicó en la
revista La novela de hoy
   Este aspecto lo explica en una breve novela, San Manuel Bueno Mártir (1931). Su protagonista, Manuel Bueno es un sacerdote rural.  Sólo le distingue una cosa de los otros sacerdotes: Manuel Bueno no tiene Esperanza. Cuando en la misa dominical reza el Credo, en la parte donde dice en la resurrección de los muertos, él calla.
   Don Manuel Bueno, es el alter ego de Unamuno. Con la misma actitud del personaje, Unamuno pone su esperanza constantemente a prueba. No carece de esta virtud, pero en ocasiones se ofusca y pierde la conexión con las referencias permanentes: Dios y la resurrección y el Cielo que promete.
   Llama la atención que, a pesar de estas faltas de fe y esperanza, Unamuno no renuncie a la religión que heredó de su madre, practicó en una parroquia de un barrio popular y maduró en reuniones juveniles de los jesuitas en Bilbao. Este contraste amontana las preguntas: ¿De dónde sacó las fuerzas Unamuno para continuar con la religiosidad que aún le quedaba? Y también, ¿ a qué ámbitos dirigió su virtud?
   Y a través de la oración
   Sus plegarias son líneas de diálogo que ascienden verticalmente hasta el Cielo. Y estas tienen su comienzo siempre en su ciudad: Salamanca.
   Esta ciudad alimentará su oración. Recibirá las palabras del sol “que ha dorado las piedras de sus torres, sus templos y sus palacios”. Al ser Salamanca una ciudad de luz, también es umbría. De ahí que le viniera la costumbre de mirar su propia sombra y, al caminar por los campos, le preguntaba a Dios: “si él era algo más que una sombra, si era un hombre real, un hombre de carne y hueso”. Esta pregunta, en que cuestiona la propia existencia, era recurrente entre los racionalistas. Es el pienso luego existo de Descartes. No es ajena a la naturaleza humana e incluso, puede resultar agradable a la razón. Y el hombre siempre busca lo agradable, pero acaba compadeciendo a quien sufre.
   Unamuno tenía predilección por los Cristos realistas, sangrantes de la piedad popular. Estas figuras las observaba  en las semanas santas de Bilbao y Salamanca. La atracción que sentía por ellas pone de manifiesto que la fuente de su oración es la Cruz de Cristo. Y este dolor de la humanidad del Crucificado es la que alimentaba su caridad. 
   … al Amor al pueblo que le había sido dado
Unamuno en los campos de Salamanca
   Al ver a Cristo con la Cruz, para Unamuno la actividad de amar sólo se realiza cuando hay dolor. Por esto el amor es compadecer, sufrir-con. Las penas personales, las de cada uno, las debe tragar el corazón, porque nuestro dolor sólo sirve de algo cuando se une al del pueblo: “Sólo el dolor del pueblo santifica”.
   El enamorado vive para su pueblo, para perpetuarlo y perpetuarse. Por esto el hombre cuando se incorpora a un pueblo, se une al espíritu de este y así, se eterniza. Esta noción la defiende en Del sentimiento trágico de la vida, ensayo que fue incluido en el hoy derogado Índice de Libros Prohibidos. Pese a que la idea de unirse el hombre a una sustancia espiritual para perdurar tiene la apariencia de herejía gnóstica, el rector de Salamanca no iba desencaminado, siempre que se le sepa entender, porque la incorporación al pueblo que peregrina, a la Iglesia, es lo que da la Vida.
   Unamuno tuvo diversos pueblos: sus alumnos de Salamanca, las gentes de su tierra vasca, cuya lengua apoyó en su tesis doctoral, y su matrimonio, del que tuvo nueve hijos.

   El pueblo que había recibido fue su amor. Y servirlo, su vocación.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Diálogo de carmelitas: Cómo Bernanos realizó de una estampa, una obra cumbre de la Literatura

   En el V centenario de Santa Teresa de Jesús, hemos querido presentar un libro que guarda especial relación con la santa reformadora, al narrar el martirio de unas carmelitas que habitaban un convento de Francia. Hasta aquellas tierras había resuelto extender las fundaciones por el dolor que experimentó, según explica en Camino de Perfección, al ver el daño que habían ocasionado los luteranos entre los franceses. Cuatro siglos después otro francés, George Bernanos, narró en Diálogo de Carmelitas la historia de las dieciséis hijas de Santa Teresa del convento de Compiègne martirizadas durante la Revolución francesa el 17 de julio de 1794.
   Dice la Historia que estas dieciséis carmelitas recibieron un juicio sumario y, el mismo día, no sin sorpresa de los testigos, subieron a la guillotina por su propio pie cantando el Veni creator. Fueron beatificadas por Pio X el 27 de mayo de 1906. El relato de Bernanos no es sencillo encontrarlo en castellano, por esto indicamos que existe una edición en papel y otra en e-book en Ed. Monte Carmelo.
   Como el relato se refiere a hechos históricos que se encuentran documentados han sido diversas las versiones y adaptaciones que se han realizado del martirio de las carmelitas de Compiègne. Esta diversidad ha sido importante para la difusión de estos hechos porque de no ser por la brillantez narrativa de los escritores que se fijaron en ellos, únicamente habría quedado constancia en las hagiografías de los breviarios. Existe una versión con el título de La última del patíbulo de la alemana Gertrud Von Le Fort. Bernanos conocía el texto alemán, pero no lo tenía consigo mientras escribía sus Diálogos en Túnez.
   Este es el testamento literario Bernanos pues, gravamente enfermo y con fiebres altas, quiso alternar su Vida de Cristo con la escritura de estos diálogos, cuyo último manuscrito, ya con una deficiente caligrafía, tuvo que ser descifrado por su voluntariosa secretaria. Bernanos, el Profeta, el escritor que nos transporta a lo eterno, encontró en el martirio de las carmelitas de Compiègne la historia que se ajustaba a su cadencia temática. La clave de Bernanos es siempre el misterio pascual: el paso de la muerte a la vida. De esta forma introduce su visión religiosa de una lucha entre Dios y el diablo, que no es dualista ni equilibrada, sino que se rige por el lema de que Todo es gracia. Para esta lucha contra las fuerzas del mal, la adolescente Blanca de la Force sólo cuenta con su espíritu de infancia, que es la bienaventuranza de los que se despertarán en el hombro de Cristo, la de los niños humillados, situación que denunció incansablemente Bernanos por Europa. También aporta el escritor a esta historia, sus personales giros narrativos, los cuales se aprecian desde el comienzo.
    El título responde a una premisa: Un grupo de personas que han decidido morir por una  causa, sin descender de momento a cuál sea esta, ¿de qué hablarán?, ¿utilizarán palabras convencionales y oportunas, quizás políticamente correctas?, ¿esconderán sus miedos, guardarán para sí los sentimientos? Con un lenguaje directo, sin reservas de realidad y descendiendo hasta el límite de cada pensamiento, la obra expresa con realismo naturalista la capacidad de entrega del ser humano y su superación del límite con la Gracia.
Mártires carmelitas de Compiègne.
Estampa de devoción popular.
   Bernanos logró sustentar los diálogos en una estructura narrativa sin fisuras, a pesar de las lagunas que se desprenden de la documentación histórica. Blanca de la Force, una joven de alta cuna, pide a su padre que la lleve al convento de Compiègne porque se siente llamada por Dios para entrar en el Carmelo. La priora entiende que en realidad no tiene vocación, sino el capricho de niña malcriada. Por esto impide que Blanca pueda realizar los votos. La priora también solicita a la comunidad y a su anciano capellán que, tras su tránsito, tampoco ellos le permitan entrar en la orden. Al final fallece la priora, tras una agonía recostada en el pecho de Blanca, sin que esto le abra las puertas. Pero Blanca, auténtico corazón de carmelita,  no abandona. La fama de ilusa y despistada que le crean las otras novicias no le favorece a sus intenciones de entrar en el Carmelo, para lo cual sólo requeriría al anciano capellán como testigo de sus promesas. Pero una tarde, el Comité revolucionario irrumpe en la clausura del convento para comunicar que el edificio y las tierras pasan a pertenecer al pueblo revolucionario. También les anuncia que las religiosas dentro de un plazo, han de integrarse al resto de la población, dejando de vestir sus hábitos y viviendo en grupos de no más de dos personas, bajo la pena de guillotina en caso de no cumplirlo. Y para acabar, el Comité indica que Blanca, dejando entrever que ha habido una gestión familiar, al no haber realizado aún sus votos, puede regresar con su padre. Los diálogos de gran belleza sobre el valor de la entrega de sí mismas se suceden. Aprovechando una ausencia de la priora, quien no quiere que sus hijas asuman más compromisos, las religiosas se reúnen. En la asamblea deciden no sólo no renunciar, sino realizar un voto más, la del martirio. Blanca se encuentra presente y, pese a realizar un ademán de esconderse, también realiza el voto. Llegado el tiempo, los revolucionarios asaltan el convento y las religiosas son apresadas, salvo Blanca, que se ha fugado, vertiendo la vergüenza de su cobardía sobre toda la orden. Las religiosas son juzgadas y condenadas a muerte. Inician la subida una a una al Cadalso, uniéndose cada una al himno entonado por la precedente, y silenciado respectivamente, del Veni creator. De la comunidad primigenia parecen haberse librado de la guillotina el anciano capellán y la joven Blanca. Este es el punto en que debemos remitirnos a la lectura del libro reseñado.
   Vale la pena no desperdiciar la oportunidad de disfrutarla al menos una vez en la vida, aunque con una reserva: Si es Vd. joven y su preocupación es la del siglo, no lo haga ahora. Haría bien en esperar unos años. La razón es que los diálogos de este libro se construyen sobre la base de conceptos indeterminados, conceptos en blanco referidos al valor de las cosas que se entregan, que se renuncian, etc., conceptos que se han de llenar con las propias experiencias vitales. Por esto a partir de la edad madura podrá leerlo con frutos. En caso de que tenga gran interés, la solución está en leerlo en más de una ocasión. Si lo hace, comprobará que ninguna lectura es igual. ¡Cuánto cambiamos mientras existe el tiempo!

lunes, 27 de octubre de 2014

El juez


  
 Hank Palmer, un abogado de Nueva York que está en pleno triunfo de su carrera, le comunican que ha muerto su madre. Regresará al sur, a una pequeña localidad de Indiana, donde encontrará a su padre, Joseph Palmer, que ejerce de Juez en la población, con quien no se habla desde hace veinte años, a sus hermanos y a una antigua novia que le lleva esperando, no literal, sino sentimentalmente, todo ese período. La misma noche del funeral, el padre es acusado de asesinato de un joven al que había juzgado. Hank será el encargado de defenderle.
   Para este drama judicial, la Warner Bross ha realizado un esfuerzo con el que encara el disparo de salida para los premios de la Academia. Para ello tiene entre sus intérpretes, a dos galardonados con la estatuilla. Robert Duvall (Gracias y favores, 1983) en el papel de juez, y Billy Bob Thornton (guión adaptado de Sling Blade, 1996) que hace el papel de fiscal.
  En este film se nos muestra como a incomunicación hace que una familia que un día fue feliz, levante témpanos de hielo entre sus miembros. La historia de relaciones personales en un pequeño pueblo del sur es compleja pero los distintos ritmos narrativos permiten asimilarla con sentido. El guión, desde la trepidación del trhiller, transita hasta la contemplación del drama en el que, están avisados, hay quien precisa pañuelos.

El viaje de tu vida




   Cuando contaba con sólo veintisiete años, la australiana Robyn Davidson realizó una larga travesía. La futura escritora cruzó el desierto central del país oceánico, haciéndolo acompañada únicamente de cuatro camellos, de su perro, de un guía aborigen y, a tramos, de Nick, un fotógrafo de National Geografic.
   El género al que pertenece El viaje de tu vida es el de las road movies. Pero no es una cinta al uso de esta categoría. Lo característico de las películas de carretera es que el protagonista viaja físicamente, pero también lo hace interiormente. Por esto alcanza su destino con mayor madurez que cuando partió. Por ejemplo el granjero que se va reconciliando progresivamente con su hermano que se está muriendo en Una historia verdadera (1999) o el viaje de Ernesto Guevara en su último curso de Medicina, en que va observando distintas condiciones de vida en Historias de una motocicleta (2004). Quien va madurando conforme avanza el relato en El viaje de tu vida es otro personaje.
   La fotografía de Mandy Walker hace del cielo, un personaje omnipresente. En unas ocasiones, se muestra hospitalario, en otras, opresor. Su ciclo de luz va marcando las jornadas de camino. En realidad es cielo el protagonista.
La escritora Robyn Davidson y la actriz Mia
 Wasikowska que le da vida en la película
   Acercándonos al quid de la película por descarte, seguro que tampoco es un thriller. El guión está basado en el libro Tracks de la propia escritora Robyn Davidson. Sobre los peligros que corrió en el desierto, uno algo sufre por la vida de la escritora. Pero conociendo con anterioridad cuál es la fuente del guión, su salvación aparece previsible. Máxime si aparece risueña durante la posproducción con la actriz que la encarna en la pantalla.
   Por tanto es una buena cinta para espectadores que busquen propuestas estéticas. En este sentido El viaje de tu vida ha llegado para quedarse.     

sábado, 18 de octubre de 2014

Chesterton: Nacer en una familia es un cuento de hadas


En busca de la belleza del modelo de familia
   Chesterton contestó los ataques contra la familia provenientes de intelectuales de su tiempo (Nietzche, Bernard Shaw, Conan Doyle) en sus obras Herejes  (1905) y La superstición del Divorcio (1918). Nos encontramos casi un siglo después a las puertas de un Sínodo que versa sobre la pastoral de la familia en la evangelización. Pese al tiempo transcurrido, esa institución no deja de suscitar cuestiones.  El presente artículo tiene como objeto presentar el pensamiento de Chesterton sobre la familia.
    Chesterton afirma de forma taxativa que los que atacan a la familia se equivocan. Pero también dice que los que defendemos ese concepto porque pensamos que es pacífico, agradable y unánime, también nos equivocamos. “Hay otra defensa de la familia que es posible” y para él evidente: “esa defensa es que la familia no es pacífica ni agradable ni unánime”.
   El momento en que nos encontramos a la familia por accidente
   En la vida hay momentos en que tenemos el control. Nosotros hacemos nuestros amigos. También nosotros elegimos nuestros enemigos. Pero la familia nos viene dada al azar. De ahí, la riqueza y diversidad de esta, pero también  las divergencias entre los miembros.
   De esta forma nuestro hermano George no está interesado en nuestras preocupaciones religiosas, sino que todo su mundo es el Trocadero Beach Club. Eso nos hace pacientes, viendo en George, lo que le preocupa a toda la Humanidad.
    Nuestra hermana Sara quiere ser actriz. Esta actitud de Sara sigue poniendo a nuestra familia dentro de la Humanidad.
   Nuestro tío Henry no aprueba las ambiciones de Sara. También tío Henry hace que esta familia se parezca a la Humanidad.
   De ese modo las familias son desagradables. Los familiares- insiste - son cargantes por los mismos motivos que la Humanidad es cargante. George es superficial igual que la Humanidad. Sarah es soñadora y poco práctica, igual que la Humanidad. El tío Henry es estúpido, como la Humanidad … y viejo, igual que la Humanidad.
   Las favoritas de G.K.C.
   Durante su vida Chesterton dirige su afecto especialmente a las familias víctimas de las injusticias del capitalismo. Porque ve que tienen defectos, es decir, porque verdaderamente tienen razón los que atacan a la familia, es por lo que Chesterton la considera la institución perfecta.
   Orgullosos de nuestra familia
   Para que, quienes vivimos en una familia no pacífica, divergente o desagradable, elevando la autoestima pasemos a vernos – no es necesario transformarla- como la perfecta familia, el consejo de Chesterton, seamos adultos o niños, seamos la parte fuerte o la parte débil, es la siguiente operación:
    1. ceder el control, renunciar uno a su parte y
    2. cambiar el punto de vista al del más vulnerable.
   Si has vivido, lector, en una familia y persistes, ya conoces la operación – renunciar, ceder, adoptar el punto de vista de otro, abandonar el control. En definitiva, se trata de hacer de nuestra vida no un libro de metafísica, sino una novela o mejor, un cuento de hadas. Y si la receta de Chesterton funciona, deberíamos terminar en ese cuento.
   La trama de toda novela sobre la familia siempre empieza con un romance. Pero al flirtear ejercemos un cierto control. Eso depende de nosotros, por ello la aventura suprema viene a ser …
    Nacer, algo verdaderamente nuevo  
    Aquí tenemos algo que no habíamos soñado: Nuestro padre y nuestra madre están al acecho y no nos dejan ni llorar tranquilos (“qué tendrá”, “es hambre”, “qué le pasará”,  “está destapado”, “tiene frío”, “tendrá sed”, “es propio de tu familia”)  y saltan sobre nosotros, como los bandidos de entre el boscaje. Acto seguido vemos por primera vez al tío George. Y nuestra tía Sara parece, toda nervio, un rayo sobre el papel azul oscuro de la habitación. Y sobre ese azul veremos cambiarse el sol ¡cada día!, porque “oh mundo de los mundos”, ese sol volverá mañana y por eso graba en el verde oscuro con letras de fuego ¡See you tomorrow! De eso, Chesterton tiene una buena explicación: “Cuando ingresamos en la familia por el acto de nacer, ingresamos en un mundo que es incalculable, un mundo que podía vivir sin nosotros, un mundo que no hicimos nosotros.” Y esto, lector, es la definición exacta de cuento de hadas.
    Es en este cuento que no escribimos y cuyo orden no dispusimos, que nos sorprendemos sin tener el control. Habiéndolo abandonado, aceptamos la familia que nos tocó al azar. Y la que ya no era pacífica, sino desagradable y divergente, ahora es la familia más perfecta que pudiera existir: la tuya. Y nos sentimos orgullosos de ella.
*   *   *

    En el próximo Sínodo Extraordinario sobre la pastoral de la Iglesia en el contexto de la evangelización reflexionaremos sobre la familia. Nos preguntamos si es aplicable el pensamiento de Chesterton. La respuesta depende en si podemos ver la Iglesia como una familia. Y en caso afirmativo, ¿es una familia agradable, pacífica y unánime – tal como a veces nos gusta presentarla?, ¿cuándo nacimos en ella, habíamos dispuesto nosotros su orden? Abandonar el control del entorno y la necesidad de elevar la mirada son las recetas de Chesterton. Y la del redactor es ir a la fuente: leer a Chesterton. Esta es una de las mejores recomendaciones que les puedo ofrecer.
Publicado en Aleteia, 15-10-14.

viernes, 17 de octubre de 2014

Chesterton, la función de educar a los hijos

Que nadie usurpe esa función


  El escritor inglés Gilbert K. Chesterton (1874-1936) trató en diversos ensayos sobre la familia. En la actualidad, la Iglesia ha convocado un Sínodo Extraordinario cuyo objeto es la pastoral en ese campo. Estamos publicando en aleteia una serie de artículos sobre el pensamiento de Chesterton acerca del modelo familiar. El presente versa sobre los niños en la familia.    
   Tras la I guerra mundial hubo un tiempo de escasez en Europa. En ese marco de pobreza, a Chesterton no le parece rentable que para el trabajo que queda sin hacer, se contrate a otras personas. Ese es el mecanismo de una costumbre arraigada en las familias inglesas, el cual consiste en incorporar a la casa diversas profesionales: asistentas, planchadoras, niñeras.
   Las sustituciones sucesivas
   Para el trabajo del hogar se contrata una asistenta, plantea Chesterton. Esta a su vez debe pagar a alguien para que haga esa labor en su casa. Y así sucesivamente. De esta forma se satisface el viejo sueño capitalista de un infinito acopio de asistentas.
  También está la planchadora. Lo intolerable, dice Chesterton, es que acabemos haciendo la colada de otros, sobretodo si visten delantal.
   Y la niñera. Lo gracioso de esta profesión es su gramática. Niñ- es un genérico que tiene regusto a “colectivos de niños intercambiables”.
   Pero el niño no precisa tanto de una niñera, sino de la más individual atención de los individuales padres al individual niño.
  Sólo las cosas destruibles y partibles se pueden intercambiar. A nadie se le ocurre ir a una escuela y decir “Póngame veinte centímetros de niño”. Posiblemente saldría en todos los periódicos. Además de la ignorancia que supone no saber dónde empieza y termina un niño. Por ello a la par que individual, el niño es indivisible. Y su educación es la función menos intercambiable de la familia.
   La familia es insustituible
   Pero ese principio corre peligro. En la educación temprana los padres son amateurs, con un conocimiento basado en las experiencias. A continuación aparece el oficialismo de los padres, muy rígido en la acción y más amoroso en el propósito.
   Después llega la escolarización. La educación moderna está basada en que un padre tiene más posibilidades de ser cruel con su hijo que cualquier otra persona.
   Así una madre no es siempre sensata en cuanto a la dieta de su hijo, así que la escuela lo entrega al doctor Crippen. Se opina que un padre no enseña a sus hijos la moralidad más pura, así que lo pone bajo la tutela de Eugene Aram.
   Debemos hacer una breve explicación. Chesterton acaba de poner a cada niño en manos de sendos delincuentes conocidos en su época. Hawley Harvey Crippen, el dietista, era un homeópata americano que fue ahorcado por el asesinato de su esposa. El encargado de la moral del niño, Eugene Aran, fue un maestro sospechoso de fraude, que además mató a su cómplice, siendo por ello ejecutado.
   Esto nos sitúa en un escenario de mal pronóstico: Se presume que son más crueles los padres que aquellos conocidos criminales. Y eso es como pensar que, al robar unos lobeznos, la loba no los defenderá. Por ello cuando el principio coercitivo complete su proceso, cualquiera será considerado bueno para educar a nuestros hijos, cualquiera…  menos sus padres.
  Pero Chesterton, como el conejo que el mago saca de la chistera, nos sorprende con una generosa cantidad de optimismo. Para ello hace un giro de 180 º y nos remite a un modelo de familia, siendo una, en la que Dios fue educado, creciendo en estatura, sabiduría y Gracia.
   La solución se ve al revés
   Cuando una imagen la han girado, entonces hay que hacer la operación inversa. Eso es lo que sucedió con la familia en la civilización pagana. El Cristianismo- dice Chesterton-  es la revolución más asombrosa que se haya imaginado nunca. Pero esa gran fuerza no destruyó el mundo pagano. Sólo lo invirtió. Es decir, “no negó la tríada de
1. padre,   2. madre e  3. hijo;
simplemente la leyó al revés, convirtiéndola en
3. hijo, 2. madre y 1. padre.
    Eso no se llama ya familia, sino la Sagrada Familia”.
   ¿Qué enseñanza aprendemos de Chesterton para la educación de nuestros hijos? Más que enseñanza es una actitud: mirar arriba, sea en la postura que sea, porque muchas cosas se vuelven sagradas al darles la vuelta patas arriba. Y María, que guardaba aquellas cosas en su corazón, tendrá la mirada puesta en la Iglesia.

   Ese reflexionar sobre la belleza y los valores de la familia, junto con llegar a aquellas que están pasando situaciones difíciles, ha motivado al Papa a convocar el Sínodo Extraordinario en la Iglesia. Con esta serie de artículos, queremos acompañarles en ese camino. Es ambicioso, pero creemos que vale la pena: Chesterton conoce su oficio y … ya empezamos a ver las cosas.
 Publicado en Aleteia, 5-10-14, con el título
Chesterton: ¿Cómo el Cristianismo salvó la familia? ¡Dándole la vuelta! 

jueves, 16 de octubre de 2014

Familia: futuro imperfecto

Cómo contestó Chesterton a los que se oponían a la familia

A Jaume Vallcorba. In Memoriam
Gracias por haber editado con oficio a Chesterton en castellano
   Tras la I Guerra Mundial existía un descenso demográfico en toda Europa. Algunos partidos habían propuesto una ampliación del divorcio. Entonces Chesterton publicó el libro La superstición del divorcio (1918), que venía a desarrollar el esquema inicial de Herejes (1905). El objeto de este artículo es exponer su filosofía sobre la institución de la familia.
    Sostiene Chesterton que la variedad de miembros en la familia, supone una riqueza, pero también provoca divergencias.
   La discreta tendencia a evadirse
   En momentos de dificultad, imaginamos cómo sería nuestra vida de haber nacido en otra familia, o de habernos casado con otra persona. Pero no lo podremos saber nunca, a menos que sigamos su consejo: “bajar por la chimenea a cualquier casa, al azar”, y relacionarnos lo mejor que pudiéramos con la gente que hubiera en ella. Y esa es exactamente la definición de nacer.
   Intentamos seguir con nuestro plan de huida. Entonces lo llevamos a cabo volcando nuestro amor en personas que se hallan en el extremo opuesto del planeta, por ejemplo proporcionando alimentos a madres pobres de Africa. Esto nos dará algunas ventajas: aquellas personas no se enfadarán si llevamos una mancha en la corbata. Tampoco nos arruinarán el domingo con un plan inoportuno. De esta manera con ese plan de huida, uno sigue el principio de alejarse de su casa y tiene pronta la justificación: dice que huye de su familia porque es aburrida. Falso; huye de su familia porque es de largo muy excitante. Y es excitante porque es exigente. Y es exigente porque está viva.
   El divorcio no es solución
   Finalmente si del marido hablamos, tendrá dos posibles evasiones. El suicidio y el divorcio. Son los dos viejos consejeros que acompañan a todo desesperado. El divorcio libera del matrimonio y el suicidio ... también. Pero se distinguen estadísticamente, pues el fin de la vida sólo es uno, mientras que en los países con legislación divorcista, el amor muere cada día.
   Sin embargo, el fin del romance no tiene porqué hundir el barco, porque el matrimonio no se sustenta en ese sentimiento, sino en una promesa formal que hicieron marido y mujer. Por eso al hombre que se divorcia, no le acusa de romántico, sino de traidor, diciéndolo no porque el barco se haya hundido, sino porque lo ha abandonado uno de sus capitanes. Lo que se deshace el divorcio no sólo es esa promesa, sino también el corazón del que ha permanecido fiel a lo que prometió.
   Conscientes de lo que deshacen, quienes promueven el divorcio a la vez proponen una contramedida que compense las pérdidas y los alimentos. Eso supone un doble acto de fe: en el talonario y en un buen abogado. Y respecto a los que piensan que la traición y la tragedia se curan con dinero y un abogado, no pondríamos la mano en el fuego por  la honorabilidad de su pasado.
   El amor como sacrificio                                                                      
    Pero el escritor inglés considera desacertado el cliché romántico del amor como sentimiento. En realidad es algo más esforzado: A nuestra mujer la hemos de amar simplemente porque “está allí”, por el hecho “ser-nuestra-esposa”. A nuestro padre lo hemos de querer meramente por la razón “ser-nuestro-padre”. Y amando a la Humanidad que nos ha sido dada, lo hacemos a toda. Es decir, en familia vivimos el Evangelio. Por ello los ataques a la familia en realidad tratan de prevenir todo Cristianismo.

   Para buscar soluciones, cada una de sus palabras se dirige a elevar el ánimo, igual que cada árbol, aunque sus ramas vayan en diferentes direcciones, apunta al cielo. Por ello continuaremos presentando recetas familiares en la dirección que apunta.
 Publicado en Aleteia, http://www.aleteia.org, 30-9-14, con el título 
La familia según Chesterton: Futuro imperfecto.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Chesterton, familia y matrimonio


     UNA VISIÓN CHESTERTONIANA DE LA FAMILIA
    Nos aproximamos al inicio del  sínodo extraordinario de obispos sobre Los desafíos pastorales de la familia, en el contexto de la Evangelización. Por ello, se abren tiempos propicios.
    Es el momento de aportar mi grano de arena.Se trata de pasajes de Chesterton en que ofrece una visión, no de una familia distinta, sino de un punto de vista distinto de la familia. Tienen la frescura de estar escritos desde el ruido de la batalla, defendiendo la institución frente a la amenaza de una ampliación del divorcio y a los ataques de algunos intelectuales y de los medios, que estaban formando una opinión pública propicia esta reforma divorcista.
    Irrumpió en esta opinión pública, mediante  la puplicación de su opúsculo La superstición del divorcio, de un género panfletario aún no devaluado, y lo hizo invocando que los matrimonios han de ser perdurables, para lo que realizaba una comparación de la institución conyugal con el servicio de Correos de S.M
    La palabra buzón no es poética. Pero el objeto buzón es poético: es el sitio al que amigos y amantes confían sus mensajes, conscientes de que una vez que lo han hecho éstos son sagrados y no deben ser tocados, no sólo por otros, sino ni siquiera (¡contacto religioso!) por ellos mismos ... Echar una carta al buzón y casarse son de las pocas cosas que quedan que son totalmente románticas; porque para ser totalmente romántica una cosa debe ser irrevocable.
    Un buzón, en otro país, no. Pero si alguno de Vds. ha visitado el Reino Unido, coincidirá en la seriedad, en cierto modo religiosa, que implica su comparación con el matrimonio.

martes, 19 de agosto de 2014

CHESTERTON. THE WRITER'S CUT


   Les presento el "montaje del redactor" del artículo sobre Chesterton que apareció en la revista aleteia durante el  mes de mayo de 2014.

   En las publicaciones digitales, existe un rito que posiblemente fue religioso en sus inicios. Se trata de la entrega del artículo. Este rito supone una dolorosa separación para el escritor. Al editor, en cambio, le nace la oportunidad de tomarse alguna licencia con la obra que se le entrega.

    El primer motivo para ofrecer este pdf es facilitar al lector la obra tal y como fue concebida.

   El segundo también es en beneficio del lector, facilitándole en un único soporte las partes fraccionadas del artículo que circulan por la red. Esto permitirá leerlo en el orden en que originariamente fue creado.

   Y el tercero es incluir una novedad. Una que, de no ser aplicables los anteriores motivos, aún así justificaría por sí sola el pdf. Se trata de una noticia-resumen que, sin adelantar su lectura, da un enfoque más chestertoniano al artículo.

S'Agaró en verano de dos mil catorce. 

     Es un honor poner en tus manos, el                     

miércoles, 13 de agosto de 2014

Julián Marías: El mayor error moral del s. XX ha sido ha sido la aceptación social del aborto.



    En el marco del centenario del nacimiento de Julián Marías presentamos este artículo, en que exponemos su pensamiento sobre el aborto y las ideas y acontecimientos que le condujeron a posicionarse públicamente a favor de la vida.
   Nadie puede permanecer indiferente ante las cosas. La filosofía de Marías es incompatible con el quietismo. Al hombre en general, le interesan las cosas porque está completamente arraigado en la Historia. Pero a los cristianos, nos afecta en particular, porque se nos ha rebelado que hay Vida después de la vida. La resurrección nos refiere la importancia de las cosas. Para el cristiano todo adquiere una importancia extraordinaria – decía en una entrevista- Si no tuviera tanta importancia esta vida nuestra, como proyecto, ¿no podría habernos colocado directamente Dios en la otra, en la perdurable?”.
    Como decía un santo coetáneo de Marías, el fundador del Opus Dei, la resurrección y el Cielo son la respuesta elocuente - no hacen falta más palabras- a la pregunta sobre el valor de las cosas y de las personas. 
    Este afán por conocer todo, le llevó a la Ciencia.
Jérôme Lejeune, médico parisino que descubrió
la etiología cromosómica del síndrome de Down.
    Por ello, mostró también curiosidad por lo científico. Para estudiar el aborto se asoció con el médico Jérôme Lejeune, uno de los padres de la genética moderna,  cuya colaboración fecunda se ha reflejado en el libro de Enrique González, Dejar vivir (Ed. Rialp, 2013).
El mayor error moral del siglo XX ha sido la aceptación social del aborto.
    Marías pronunció diversas conferencias sobre el aborto. Una fue particularmente emblemática. Se realizó en 1983 en la Universidad de Salamanca, con una asistencia multitudinaria y con repercusión también en los medios (ABC, Cuenta y Razón).
   Marías dice que respecto al aborto, se ha de separar la razón de las creencias religiosas, para alcanzar una solución universal. El enfoque religioso-cristiano es válido para los católicos, pero no exportable a los no creyentes. El punto de vista científico-biológico, sólo será vinculante a los que profesan la Ciencia como si fuera una Fe, a los cientifistas. Es necesario pues, construir un planteamiento antropológico que se fundamente en “ideas elementales”:
   1. El niño que va a nacer responde a las dicciones “quién”, “alguien”, porque es una persona. No le corresponde “qué”, “algo”. No es una cosa, es una persona.
    2. El niño por nacer es una realidad que irrumpe como novedad. Distinto a su padre y a su madre. No es parte de esta última, sino que el cuerpo del niño está alojado en la realidad corporal de la madre.
   3. El niño no nacido es una realidad viniente, un proyecto inacabado, una trama hacia su desenlace, como lo es cualquier otro ser humano, también el adulto. Y llegará, si no lo matamos por el camino.

   No expresaba que el aborto fuera algo malo en cuanto crimen, o  pecado. De hecho, sabía que descalificar el aborto como inmoral o ilegal, es tan poco como insinuar que son malos el homicidio, el asesinato o el infanticidio. Decía Julían Marías que la "monstruosidad" del s. xx había sido, respecto al aborto, su aceptación social.