Este artículo se publicó recientemente en aleteia. Y en esta prestigiosa web dio sus primeros pasos. Ahora es un honor presentarles en este blog:
“Los
cuatro amores” de C. S. Lewis
Los tipos de amores, del más bajo al
más alto, explicados por un escritor converso
Los
amores tienen cada uno una forma. Se levanta cada uno sobre la base de un amor
más básico. La forma de uno será sillar del siguiente. Y así sucesivamente. El
amor en su forma es análogo al modo con que las palabras se hilvanan unas con
otras hasta formar las frases de un libro.
Y
cuando se trata de uno de C. S. Lewis, sabemos de antemano que versará sobre lo
que anuncia. No tiene trampa, ni cartón: Todo está a la vista. En Los cuatro amores, la palabra amor, por ejemplo, aparece nada menos
que 1.001 veces. El vocablo afecto lo hace en 242 ocasiones. Y amistad o amigo, en 466. Este ensayo, por tanto, hace honor a la honestidad
de su autor.
La virtud irlandesa de Lewis
Junto
con las Confesiones de San Agustín, Los cuatro amores es la obra más
incisiva que haya escrito un converso. Aunque se bautizara en la Iglesia de
Inglaterra, C. S. Lewis tiene la hospitalidad característica de su tierra. Por
esto en sus páginas se sienten como en casa los cristianos de todas las
confesiones.
Del defensor de la Fe …
La gran
aportación de Los cuatro amores, la
podemos hallar en la evolución de Lewis como escritor. Al hacerse cristiano, inicialmente escribió como apologista: buscó
la demostración de las verdades divinas desde sus primeros principios.
Si su
vida fuera un banquete, después le llegaron los platos fuertes. Así, las
amistades, que en su caso siempre fueron hombres, porque no creía en la amistad
entre hombre y mujer.
Aunque
sí en el amor matrimonial. De hecho el fallecimiento de su mujer, tras una
larga enfermedad, le provocó un inusualmente largo proceso de duelo. Pero este
duelo, aunque ya se hallaba próximo al atardecer, no consiguió estancar su vida.
… al escritor del Amor
Conforme
evolucionaba la vida de Lewis, también experimentaba un cambio en los motivos
literarios: De aquella primigenia demostración de las verdades de la Fe se desplazó a la
exposición del Amor.
El
mérito de Los cuatro amores, más allá
de su literalidad y peculiaridades, es precisamente situarnos en la centralidad
del Amor en el mensaje cristiano.
Carta de amores
Esta
centralidad hace que los amores vayan en ascenso, en un sentido de la criatura
al Creador.
También
en este artículo lo abordaremos en el mismo orden que lo hace el autor y, de
esta forma, llegaremos al final hasta al Amor de Dios. Pero en el festín de la
vida comenzaremos por el primer plato.
Afecto
|
El amor de las madres necesita dar y ser necesitado. |
Es
principalmente el amor de los padres por su prole. Lo tenemos en común con los
animales, lo cual por sí mismo no implica nada bueno ni malo, tomando en cuenta la distancia, claro. Está
allí donde hay calor, lametones y olor a vida nueva. Así la madre que cuida al
bebé. También la perra o la gata, a sus cachorros.
Lewis se
detiene en el amor de las madres. Este sigue un determinado principio. Es un
amor que da, que necesita dar. No se agota sin embargo en ese dar, sino que
precisa ser necesitado. Y cuando deja de ser necesitado, el planeta está lleno
de madres que dicen que sus hijos no van a verlas o que no las llaman… Y esto
porque es el más expansivo de los amores.
Y es el
más expansivo, porque es el más común de ellos. Por esto se extiende más allá
de las relaciones maternofiliales. Y nos acerca a multitud de personas. Es el
paradigma de amor que hace compañeros.
En
contraste, los otros amores son más selectivos.
Amistad
|
La amistad, un plato fuerte en el
banquete de la vida |
Es el
que surge entre los compañeros. Nace entre personas que realizan la misma
actividad. Así entre los que desempeñan la misma profesión o entre los que
tienen un pasatiempo en común. Pero no todos serán amigos, ¡gracias a Dios!
Sólo lo serán, de entre los compañeros, quienes compartan una visión común o
cuando en aquel grupo, se descubra una persona a la otra.
Aunque
es un amor selectivo, no somos nosotros los que elegimos a nuestros amigos. Es
la Providencia la que lo ha hecho desde el amanecer de los tiempos. Por esto la
amistad es un instrumento mediante el cual Dios revela a cada uno, como en un
festín, las bellezas de todos los demás. En el festín es Él quien ha preparado
la mesa. Luego ha elegido los invitados. Y es Él, en fin, a quien deberíamos
permitir siempre que lo presidiera.
De este
festín tan espiritual y desinteresado, del que los griegos llegaron a entender
que era el más parecido al divino, pasaremos a otro más corpóreo y sexualmente
definido.
Eros
|
Eros, el amor de los que
están enamorados |
Es el
amor entre el hombre y la mujer, concretamente la clase en que se encuentran
los que se dice comúnmente que están
enamorados.
En este
amor particular nos
encontramos con los pasajes más opacos de Lewis. Hemos visto que cuando murió
su mujer, experimentó un largo proceso de pérdida. Esto se debe a que pensaba
que no la volvería a ver más.
Y no la
iba a ver de nuevo por el propio convencimiento de Lewis en el sistema propuesto
en Los cuatro amores. En esta escala,
el amor Caridad provoca, al asumirlos, que se extingan todos los amores
inferiores. Esto incluye el amor matrimonial o eros.
Por
esto cualquier despedida es definitiva siempre. De ahí lo oneroso del duelo de
su mujer. Y este es el motivo también por el que ve un cierto elemento trágico,
de destino, en el desarrollo de los amores inferiores.
Por
tanto para Lewis, eros es una tragedia. Y lo es en el sentido de que se dirige
a un destino inevitable: O bien se convierte en demonio, en cuyo caso los
enamorados se van agrediendo hasta destruirse; o bien lo dirigimos a Dios y,
entonces, eros es absorbido por un Amor superior.
Caridad
Es la misma sustancia de
Dios, de la que la Escritura dice: Dios
es Amor. Es el único que podemos decir, al menos sin perder la decencia,
que con este Amor basta.
En este
sentido, San Agustín escribió: Nos
hiciste Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.
Por esto entre todos ellos, este es el Amor suficiente.
Y al
ser suficiente sale al rescate de los otros amores cuando fallan, especialmente
en el caso de eros, y los absorbe y ordena, haciéndolos perdurar.
|
La Caridad es escasa en este mundo |
Debemos
precisar aquí qué entiende Lewis por Caridad. Para él se trata de un concepto
muy sustancial. Sus primicias no son lo que entendemos por rezar, estar en su
presencia o quererle. Para Lewis la Caridad es estar en la plenitud de comunión
con la sustancia divina. Es estar en el Cielo. Sus anticipos son algunos
trances místicos. Por esto se trata de un amor muy escaso.
Es tan
escaso que desconocemos si lo hemos degustado en nuestra vida. Por tanto
mientras haya tiempo, nuestra tarea será hacernos conscientes de su ausencia.
Con lo cual tenemos un defecto y una ventaja: Al hacernos conscientes de algo,
por ejemplo cuando recordamos un sueño, nos damos cuenta de que estábamos un
poco despiertos.
Pero si
tuvieran interés en ser más informados de este Festín, deberán Vds. dirigirse a
C. S. Lewis y los invitados que están en vela.